La importancia del enfoque

La automotivación siempre parte del mejor enfoque: el tuyo.

Cada persona tiene sus razones para motivarse. Y cada persona se encuentra en un momento vital único e intransferible.

Además, cada persona tiene un estado emocional dominante: a pesar de la curiosidad, e incluso de la alegría derivada de situaciones concretas, si tienes el miedo como estado emocional dominante (o la rabia, o la tristeza…), este aparecerá y, como se trata de una emoción habitual, podrá generar una situación de estrés crónico, en la que el cortisol, un neurotransmisor muy potente, domina tu cerebro con una ducha química y tiende a bloquear otras posibilidades. ¿Te lo puedes permitir? No, pero no siempre dispones de las herramientas para gestionar esta y otras situaciones, sobre todo cuando estás inmerso en ellas.

Aquí aparece una reflexión que te propongo: la motivación externa, exógena, no existe, porque no es sostenible. Te puede engañar durante un cierto tiempo, pero desaparecerá rápidamente, sobre todo en situaciones de estrés crónico o en momentos vitales complicados.

De hecho, no hay fórmulas ni recetas milagrosas para conseguir la motivación, sino herramientas para identificar cuáles son los espacios de automotivación de cada persona. La neurociencia nos muestra el camino: las decisiones a tomar, las acciones a realizar, la forma de llevarlas a la práctica … y la propia vida, cambian positivamente desde el momento que tú, como cualquier persona, identificas cuáles son tus espacios de automotivación. Garantizado. Por eso es tan importante que trabajes la automotivación y tus propias formas de conseguirla. Las tuyas.

Pero ahora viene lo bueno: te propongo que contextualices tus herramientas de automotivación a través del enfoque, de tu enfoque vital. En efecto, el enfoque de cada persona, el tuyo, es la clave para que pongas un marco de motivación a tus decisiones, a tus acciones. El enfoque te aportará pistas sobre el camino a seguir.

Un buen enfoque te responderá a la pregunta: “lo que me planteo, ¿es compatible con mi enfoque?”. La respuesta a esta pregunta es la base para tu toma de decisiones, para la construcción del itinerario profesional y personal que transites en tu vida.

El enfoque es, finalmente, la base para la automotivación de la que hablaba antes. Con él, todo es más fácil, incluso la superación de las dificultades.

¿Te atreves a identificar y a desarrollar tu enfoque?

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